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Malos tiempos para la lírica

Las autoridades deportivas deben ser más resolutivas

Malos tiempos para la lírica dice una canción del grupo Golpes Bajos. Y es que se toman las riendas y se aplican los reglamentos o esto puede degenerar de una forma tan brutal, que acabarán cargándose nuestro deporte.

Me llegan diversas versiones de lo ocurrido en la noche del viernes pasado con ocasión del Rallye de Granadilla, y en todas ellas hay un denominador común: El tiempo asignado para un determinado sector unido al tráfico de la zona era prácticamente irrealizable y prácticamente ser carne de cañon para su anulación por parte del colegio de comisarios una vez detectados los hechos.

Las secciones de enlace sirven para llevar a los participantes de un tramo a otro, discurren por carreteras abiertas al tráfico por lo que los pilotos han de respetar las normas en ellas. No se puede bajo ningún concepto intentar saltarse esas normas.

La velocidad es libre dentro de los tramos cronometrados. Para eso están. Y es ahí donde, dentro de las capacidades de cada uno, intentar ser el mejor. En los tramos de enlace no, puesto que ni una licencia, ni un número en la puerta ni nada por el estilo, puede dar pié para que cada uno juegue con la seguridad.

Primero por la propia seguridad de terceros, segunda por la imagen de nuestro deporte y tercero y no menos importante: Son recorridos abiertos al tráfico y como tales tienen unas normas que se han de cumplir a rajatabla y no faculta a nadie para que, con un número en la puerta, pueda saltárselas.

Eso está fuertemente penalizado, no sólo por el Código de Circulación, sino que en el propio Código Deportivo Internacional es una de sus premisas básicas.

Si por parte de las autoridades deportivas no se toman las medidas disciplinarias al respecto de una manera rápida, podemos estar no fomentando nuestro deporte y sí, por el contrario, sembrando el que por varios cauces puedan ir llegando fatídicas consecuencias.

Es hora de soluciones y actuaciones. Luego que no digan que es la crisis la que se ha cargado el deporte. Bueno sí, puede ser la crisis de gobernabilidad que nos ha tocado vivir.

Malos tiempos para la lírica.
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