Hoy hablando con Ian Mongomery y recordando estos doce años surgió una etapa anterior, la de la radio y las cosas que pasaron de aquella maravillosa época que quedan para el recuerdo.

No cabe duda que fue una etapa en la que a falta de la tecnología actual había que agudizar el ingenio para llegar a los estudios centrales de la emisora en día de la prueba en las mejores condiciones posibles y de esos años de radio desde luego que surgieron mil y una anécdotas que por aquí pensamos ir desgranando, eso sí, en pequeñas dosis, para no aburrir al personal, muy al contrario, intentar sacar una sonrisa cuando menos, en esta época de la cuesta de enero.

La primera que se me viene a la mente fue la ocurrida hace ya unos años, en un Gran Canaria, de aquellos en los que se hacían dos bucles bien diferenciados, una sección por la zona norte y la siguiente por la zona sur.

En ese ralli hacía pareja con el desaparecido compañero Jorge Santana que se ocuparía de narrar los pormenores de la salida y el que suscribe dar los tiempos desde la línea de meta.

Veníamos al peso del mediodía de realizar la primera sección y nos tocaba acudir al tramo de San Bartolome - Ayacata. Con el hambre propia de la hora paramos por el camino a comprar unos bocadillos y seguir hacia nuestros correspondientes lugares de trabajo.

Comienza el tramo y narramos los primeros tiempos sin incidentes. Pero al cabo de un rato, unos síntomas inequívocos nos hacían presagiar que el contenido del bocadillo no había sentado muy bien a nuestro estómago. Aguantamos lo que pudimos y cuando la urgencia ya era inevitable soltamos micro y carpeta de tiempos y tiramos pa?l monte.

El compañero Esteban Morales, desde los estudios, justificaba nuestra ausencia indicando que estaría recabando los datos de los tiempos de los participantes. Así en varias ocasiones en que no contestábamos al requerimiento del compañero con más tiempos.

Al rato, tras por línea interna indicar que ya estábamos en nuestro sitio, nos da paso y al comenzar nuestro relato, comentamos:

Esteban, antes que nada, un comentario para el compañero Jorge Santana. Si aun no se ha comido el bocadillo, que no lo haga, pues nosotros hemos tenido que visitar las tuneras hace un instante.

Un largo silencio se produjo en antena en esos instantes, ya que tanto Esteban Morales como Diego Cubas, a la sazón compañero informático que introducía los datos que llegaban de carretera, estaban sumidos en un tremendo ataque de risa y por momentos se paralizó la emisión.

Eran cosas del directo. (O de las diarreas inoportunas...)